lunes, 21 de julio de 2014

Al horizonte

Verde se la divisaba
allá en la distancia,

dos, tres, cuatro fuegos
como ojos atentos;

vestida de niebla
misteriosa yacía,

rodeada de agua
para que no fuese mía.

La vida que añoro
allá en la distancia,

y un mar en el medio
diciendo, ¡no alcanzas!

Tal vez llegaré
a mi vida deseada,

cruzando la mar
en una balsa dorada.

2 comentarios:

  1. Muy bello! no se porqué me hizo acordar a este poema de Gerardo Diego. En realidad si sé, porque relacioné a la mujer con el horizonte y nose blablabla , comparto.

    INSOMNIO

    Tú y tu desnudo sueño. No lo sabes.
    Duermes. No. No lo sabes. Yo en desvelo,
    y tú, inocente, duermes bajo el cielo.
    Tú por tu sueño, y por el mar las naves.

    En cárceles de espacio, aéreas llaves
    te me encierran, recluyen, roban. Hielo,
    cristal de aire en mil hojas. No. No hay vuelo
    que alce hasta ti las alas de mis aves.

    Saber que duermes tú, cierta, segura
    —cauce fiel de abandono, línea pura—,
    tan cerca de mis brazos maniatados.

    Qué pavorosa esclavitud de isleño,
    yo, insomne, loco, en los acantilados,
    las naves por el mar, tú por tu sueño.

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  2. Muchas gracias! No creo que tanto, pero me alegra mucho que te haya gustado. Sos algo así como la primera persona en la historia (buah!) en comentar un poema mío.

    Excelente el poema que traes, me encantó! Gracias por compartirlo.

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